Ese es el sentir de muchos familiares de los internos y, recientemente, un informe del Despacho de la Primera Dama sobre este tema agregó que se ha podido comprobar que la mayoría de los internos que culminan sus condenas y son reintegrados a la sociedad, incurren en los mismos actos, produciendo una cadena difícil de romper.

Dicho informe enfatiza que todo este problema social es debido a la falta de programas que busquen cambiar la actitud de los reos, los mismos retornan a la sociedad más propensos a incurrir en los mismos delitos.

Carlos Wright estuvo interno y manifestó a DIAaDIA que estar en una cárcel es estar en la "universidad de la vida", pues se vive un intenso sufrimiento. En su testimonio adujo que "las cosas son serias. Te dan de comer carne con cebo y tienes que comértela. A veces te dan arroz con bicarbonato, nunca lo había comido. Eso te va a poner gordo y ni siquiera te da ganas de ir al baño".

En tanto, Briseida Palma visita a su hijo en La Joyita y lamenta la realidad de los centros penitenciarios. "Esos presos así como viven no tienen otra mentalidad que salir a hacer maldad", dijo.

Por otro lado, algunos expertos asumen que es necesario cambiar en el modo de actuar y pensar del interno, promoviendo valores morales y amor hacia ellos mismos y las demás personas, para poder incurrir poco a poco en el comportamiento del reo, que por su privación de libertad, se muestra reacio y negativo a todo.