La selección ibérica, formada por una generación dorada que tenía por estandarte a Luis Figo, se presentó en Corea-Japón 2002 con vitola de favorito, pero perdió su primer encuentro por 3-2 y ya no se recuperó del golpe, hasta el punto que fue eliminada en la primera fase.

El fracaso llevó a la dirección técnica de Portugal a Luis Felipe Scolari, campeón mundial con Brasil en el 2002, que condujo al equipo nacional luso a la final de la Eurocopa 2004, disputada en territorio portugués, en la que perdió por 1-0 frente a Grecia.

Scolari apeló al espíritu de equipo, más que al brillo de las individualidades, para afrontar el Mundial.

El técnico brasileño incorporó al equipo a Deco, brasileño de origen, pero el jugador del Barcelona no estará, probablemente, disponible para este primer partido, debido a una lesión en el pie izquierdo.

Entre el veterano Luis Figo (33 años) y la joven revelación, Cristiano Ronaldo (21), Portugal se enfrenta al reto de plasmar en el terreno de juego la superioridad técnica que se le presume sobre Angola, a la que goleó sin problemas en sus últimos partidos amistosos.

La responsabilidad goleadora recaerá en Pauleta, máximo anotador en la historia de la selección portuguesa. El delantero del París Saint-Germain viene de marcar 21 tantos en la liga francesa y se encuentra en buena forma.

Angola cuenta en sus filas con 11 jugadores que juegan o han jugado en equipos portugueses, por lo que conocen bien a su rival mundialista.

El defensa Marco Abreu, nacido en Angola y criado en Portugal, declaró que el partido tiene un significado especial. "Todos los angoleños queremos demostrar al mundo que Angola es un buen país, que ha mejorado y que quiere salir adelante, pero queremos demostrárselo especialmente a los portugueses", dijo.