Les decimos esto, porque ayer recibimos un e-mail que trataba sobre supuestas anomalías en los castings de este programa.

Según el e-mail, enviado por un participante con el seudónimo de "Vecino Vigilante", una de las reglas del concurso era que no se aceptaban ganadores de concursos de acordeones en el ámbito nacional, tampoco profesionales, cosa que según él, no fue así. Imagínense que en las audiciones se encontraban varios ganadores de certámenes, como Gelo Córdoba y otros muy famosos del patio. ¡Arde Troya!

Pero como no podíamos quedarnos de brazos cruzados, fuimos en busca de la posición de uno de los organizadores del concurso, en este caso Juan Carlos Barreiro de MEDCOM y, en efecto, éste sin titubear nos aclaró todo el rollo.

Barreiro nos dijo que sí, uno de los requisitos era no haber ganado ningún concurso de acordeón y ser profesional. "Siempre se dijo que los participantes no tenían que haber ganado un concurso. Pero, ¿qué sucedió? En una de las audiciones, llegó un participante y dijo que había ganado un Gelo Córdoba. Le dijimos que no podía participar, pero éste nos pidió que le diéramos la oportunidad de audicionar, aunque no participara. Lo escuchamos y vimos lo diestro que era con el acordeón. Fue cuando, entonces, nos dijo unas cuantas palabras", acotó Barreiro.

"¿Qué pasa si el concurso Cuna de Acordeones se vuelve un fenómeno? Nadie va a participar en el Gelo Córdoba, porque no te dan un contrato, no te dan un automóvil, dinero en efectivo ni la producción del vídeo", manifestó el muchacho.

"Ante esa posición lo discutimos, porque "Cuna de Acordeones Atlas" no puede ser un producto que compita con otros concursos. Al contrario, queremos que se hagan más. Le permitimos audicionar, siempre y cuando haciéndole saber que estaba bajo la condición de la reconsideración", agregó Barreiro.

Así como leen, esta reconsideración no será para este año sino para el otro, ya que se estudiará la posibilidad de que el próximo año participen ganadores de concursos de acordeones, en este caso el Gelo Córdoba. ¡Qué cocoa!