La necesidad los llevó a la muerte. Hace más de año y medio dos menores de edad fallecieron en algo que, supuestamente, representaría la ganancia de sus vidas. Todo ocurrió en el sector de La Playita en Colón, donde algunos menores de edad han optado por buscar hierro dentro del mar, sumergiéndose a grandes profundidades sin ningún equipo.
Hoy, en el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, DIAaDIA muestra el peligro que corre un grupo de niños colonenses y del resto del país al tratar de obtener dinero mediante el trabajo.
Allá en La Playita, dentro del mar, hay una gran cantidad de hierro y metal que quedó como parte de un hospital que anteriormente estaba ubicado en el sitio. Los jovencitos nadan cerca de diez metros, unos se sumergen debajo de una boya y amarran el metal, que es subido por otro niño. En este proceso el niño puede estar hasta veinte minutos nadando en el mar y sumergiéndose una y otra vez, lo que provoca ahogamiento y debilita los pulmones.
CREATIVIDAD FATAL
Con el objetivo de extraer material más pesado, algunas personas construyeron una boya con ocho tanques de basura, en la superficie colocaron vigas que sirven de piso, donde hay dos sillas y como una especie de pozo en el centro por donde cae una cuerda al agua, con atan el material por debajo.
Personal de Casa Esperanza denunció la acción, razón por la cual la actividad ahora no es tan constante.
EN BUSCA DEL COBRE
Eran las once de la mañana cuando una fuerte lluvia azotaba la provincia de Colón. La intensa ventolina parecía acabar con todo a su paso; sin embargo, para otros era el momento perfecto para trabajar.
En la entrada del desolado pueblo de Coco Solo, cerca de cinco niños con enormes palas en sus manos buscaban cobre en medio de la tierra mojada para vender horas después. Para unos, esta acción significaría el inicio de una fuerte gripe, pero para ellos, era el negocio perfecto que los ayudaría a llevar el sustento a sus hogares.
Se conoció que unos treinta niños en el transcurso de la semana buscan en medio del lodo hierros y cobre. En ocasiones, faltan al colegio por buscar sus tesoros.
Dependiendo de la cantidad de material extraído, pueden recavar hasta 70 dólares por día, que son divididos entre tres y cuatro niños, quienes no son conscientes de que hay probabilidades de estar en contacto con bacterias que provocan cuadros de vómitos y diarrea.
CASAS EN MEDIO DE LA BASURA
Más adelante, en el vertedero de la provincia de Colón, las personas, quienes viven en casas de cartón, rompen los cartuchos de basura para buscar los desechos de hierro, cobre y otros metales existentes.
Al lugar también llegan bolsas procedentes de la Zona Libre con mercancía desechada, como zapatillas, perfumes, abrigos, y los venden. Dependiendo de la cantidad de basura, las personas pueden obtener una ganancia que ronda los $26.00.
CORREN PELIGRO
Moradores del sitio manifestaron que suelen observar a los menores de edad buscando basura con sus padres. Dentro de algunas bolsas hay residuos médicos procedentes de hospitales, en los que hay desde medicamentos hasta jeringuillas.
La infectóloga Dora Estrepeaut manifestó que esta acción puede ocasionar enfermedades infectocontagiosas, y si alguna persona se corta con algún objeto, puede contraer alguna bacteria o germen.
En tanto, la dermatóloga Jessica Correa dijo que hay momentos en que algunas personas tienden a desarrollar cierta inmunidad a enfermedades al estar tanto tiempo rodeadas de suciedad. Sin embargo, aclaró que esto no es sinónimo de que no se pueden enfermar. Ellas también podrían estar propensas a desarrollar alguna dermatitis.
QUEDO EN NADA
A pocos metros de la entrada del vertedero hay una pequeña estación que, en un inicio, fue construida para controlar la entrada de personas al lugar, pero con el pasar del tiempo se convirtió en la casa de algunos pepenadores. La maleza cubre prácticamente toda la estructura, y es el hogar también de toda clase de roedores e insectos.
"LIMONES, LIMONES..."
Mientras, en el Mercado Público de la provincia, varios niños venden verduras, frutas y demás productos. Las bolsas de basura y la bolsita de mamones son vendidas a $1.00. También los fines de semana la entrada del recinto está abarrotada de niños que venden billetes, mientras que sus padres los esperan en casa.
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