Los niños tienen una clave importante para la vida y que pocos vemos con claridad: cuando no alcanzan algo que está más allá de su tamaño, lo solucionan con valentía subiéndose en una silla.
Muchas veces somos ciegos y nos limitamos a aplaudir al chiquillo que hace eso y no vemos que subirse a la silla implica un gran paso: pensarlo, decidirse, atreverse, hacerlo y continuar...
Pensarlo: Hay que se creativo, no decir simplemente "no puedo" y esperar a que otros alcancen eso que deseamos y nos lo den.
Decidirse: Vemos la silla, sabemos lo que puede servirnos, pero no nos decidimos porque hay quienes nos dan otras opciones como esperar, pedir el favor, ¡renunciar!
Atreverse: Porque el qué dirán se convierte en una piedra en el zapato, ¡qué pena que me vean!
Hacerlo: De una vez, sin dar vueltas... tomar la silla, subirse a ella, luchar por lo que se quiere...
Continuar: Porque podemos caernos, pero no detenernos... al subirnos a la silla pueden surgir muchas cosas, que pueden estancarnos, pero la vida sigue y una meta alcanzada no es el final, es el inicio de otra y otra meta más...
Y surge una pregunta: ¿Cómo superar aquellas cosas que no se alcanzan subiéndose a una silla?
Se logran superar con el amor de la familia, el sembrar sentimiento de fe, esperanza y paz... Creer que superarse es aprender a no rendirse ante los obstáculos, es hacer realidad los sueños.
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