Sucede que ahora le detectaron una enfermedad terminal y todo parece indicar que está arrepentido de lo que le hizo a mi madre y a mí.

Es cierto que después de varios años se acercó a pedirle disculpas a mi madre y a ver en qué podía ayudar, pero sólo se preocupó por sus hijos adoptivos y no por nosotros.

Eso ya no importa, el problema es que ahora no tiene quién lo cuide, quién pague sus gastos y quién le ayude en todo.

Moza, mi madre tiene un enorme corazón, creo que ni el tuyo ni el mío podrían lograr formar el suyo, así que ella le ha ofrecido su ayuda tanto a él como a esa mujer y a su hija de 15 años, ya que su otro hijo de 16 murió en un accidente hace años.

Yo no sé qué hacer, me encuentro entre la espada y la pared y eso me pone muy inquieto, ya que no he olvidado las noches de llanto de mi madre, ni los páramos que pasamos por su culpa. Además, mi madre está enferma de los abusos a los que fue sometida por gente que no le importa con nadie.

La pregunta que quiero hacerte es si crees que debo darle la mano. Yo tengo 22 años, pero gano muy bien, no te imaginas, mi madre y yo tenemos de todo y ahora no tiene que trabajar. Ayúdame, dame un consejo por favor, José.

EL PERDON ES SALUDABLE
Hola José, lo que me cuentas es algo muy, pero muy difícil.

Yo creo que lo que tú tienes que hacer es darle la mano a tu padre, no para darle una lección, aunque la merece, sino para que liberes de tu corazón todos esos malos recuerdos que todavía te hacen tanto daño y que tal vez no te permitan ser completamente feliz, porque siempre están presentes.

Mira cómo actúa tu madre, ella es una mujer noble y tal vez por eso es que tú y ella son tan felices y Dios los ha iluminado. ¡Suerte!