Ella fue enviada a prisión, por mentir a las autoridades sobre un tiroteo ocurrido frente a una radioemisora de Nueva York. Abandonó el reclusorio con un traje blanco de amplio escote, espejuelos negros y una amplia sonrisa.

Con un globo y un ramo de rosas, la mujer saludó a decenas de admiradores, algunos de ellos portaban carteles que le daban la bienvenida con su apodo: "Bienvenida, reina abeja".