Las ingeniosas madres y las maestras de los niños no dejaban de asombrar con su creatividad, pues de los buses que arribaban sólo se veían bajar margaritas, orquídeas, chabelitas, rosas, árboles, así como leopardos, guacamayas, abejitas, lobos, jirafas, pericos y un sinfín de disfraces, todos alusivos a la preservación del ecosistema.

Todas las representaciones estudiantiles tuvieron su toque de originalidad, porque hubo quienes se pintaron de "naturaleza" y no dejaron escapar ni una hojita en sus disfraces; mientras que otros no tan ataviados cantaban muy alegres para que el jurado calificador los evaluara también en iniciativa.

En total fueron más de 12 escuelitas del área, entre ellas: Los Canelos, Los Carates, Rincón Grande, San José, El Limón y Chupampa.