Las reacciones no se hicieron esperar ayer, tras el acto de indisciplina y consecuente expulsión de los futbolistas José Luis Garcés y Oscar McFarlane de la Selección Nacional.
Mientras el presidente de la Federación Panameña de Fútbol, Ariel Alvarado, anunciaba que se iniciará una investigación para determinar el grado de culpabilidad de los jugadores, "Pistolero" dijo que no jugará con el seleccionado mientras esté el técnico José Hernández a cargo.
Garcés afirmó que no tiene temor de someterse a una prueba antidoping para determinar su inocencia ante las especulaciones de que tanto él como Mcfarlane estaban consumiendo algún tipo de sustancias ilícitas.
"El día del incidente tuve una reunión con Hernández en la que salí disgustado y había tomado la decisión de irme de la concentración", agregó el delantero.
Por su lado, Alvarado calificó como una "actitud sospechosa" el hecho de que ambos futbolistas hayan estado en la medianoche en la oscuridad del entrepiso del hotel, por lo que deberán demostrar "si estaban bajo algún efecto anormal".
El dirigente se abstuvo de dar mayores detalles sobre la conducta de ambos, al momento en que fueron sorprendidos por el asistente técnico Jorge Núnez y el preparador físico Julio Toral, pero aseguró que serán implacables porque hay que respetar a la selección y al resto de los jugadores que están compitiendo por un país.
"No es posible que dos jugadores pongan en riesgo el potencial de un equipo nacional, ya está bueno que la federación tenga que callar cuando son jugadores que son reincidentes en estos actos de indisciplina", expresó.
COPA DE ORO
Lamentando la situación de sus compañeros, el seleccionado nacional partió a las 10: 45 a.m. de ayer rumbo a Miami, donde a las 7: 00 p.m. de mañana debutará ante Colombia.
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