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Refugio para salir de las drogas
Se entretienen con diversos juegos. Siempre hay música cristiana y comparten la palabra de Dios. (Foto: Adriano Duff / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

No tenía la esperanza de cambiar de vida, pero en ese vagar por las calles como indigente se encontró con miembros de la Fundación Remar, quienes lo invitaron a darse una oportunidad y dejar que Dios actuara en él. Hoy, Abraham Del Rosario testifica que es un hombre de cambio, luego de estar ocho años sobreviviendo del dinero que ganaba con el reciclaje y viviendo bajo un puente, con una hernia en sus testículos que lo martirizaba. Como una bendición, encontró quien lo apoyará con la cirugía que necesita.

CON MEDIO CENTENAR
Del Rosario está junto a otros 12 internos en el campamento Remar, de Caimitillo, en Chilibre, el cual se compone de seis hectáreas con dos viviendas, y con una capacidad para 50 personas en la primera fase de rehabilitación contra las drogas.

José Gabriel Hernández, encargado del campamento, contó que por este local pasan anualmente unas 200 personas, pero solo dos de ellas se reincorporan a la sociedad.

¿QUE ESTA FALLANDO?
Hernández explicó que hay que seguir un reglamento y no todos los que se integran quieren seguir con el proceso, el cual exige mucha disciplina y cooperación.

Entre esos requisitos está levantarse diariamente temprano, asearse, participar del devocional y cumplir con la terapia vocacional.

"Muchos asisten para recuperar a su familia, pero la idea es que ellos puedan servir y sentirse útiles. Nuestro fundamento es a base de lo espiritual", recalcó.

También informó que el ingreso de estas personas es voluntario y no se obliga a nadie a seguir los estatutos. Tampoco pagan por su proceso de rehabilitación, pero todos tienen derecho a ser visitados por sus familiares.

El encargado del campamento de Caimitillo explicó que no se manejan sobre la base de un presupuesto, ya que no reciben un subsidio estatal y dependen de las donaciones de algunas empresas. También subsisten con los fondos que se recauda en las calles, de la venta de cloro y desinfectantes, entre otros productos.

PARA TODOS
En Remar, además de atender a personas adictas, también le tienden la mano a quienes llegan desilusionadas.





   
 
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