Beira Montenegro: "Se siente bien poder ayudar a otras personas y ver las condiciones en que viven. No tenemos muchas comodidades, pero la intención cuenta".

Sara Salcedo: "Al ver casos de familias necesitadas, nos ayudamos mutuamente. No somos ricos, pero al menos hay comida y vivimos en unidad".

Cristal Salinas: "Así uno aprende a convivir con la comunidad. Al menos tienen presente que alguien se acuerda de ellos y que no están solos".

Zenaida Santos: "Es una forma de aprender a valorar las cosas y que otras personas se animen a unir esfuerzos y ayudar a otras personas en su barrio".

Yaritza Martínez: "Cuando uno visita lugares muy humildes se identifica con ellos y se preocupa por sus necesidades. Es por eso que compartimos un granito de amor".

Daisy Carrión: "Me gustaría que en la Universidad de Panamá se sumen más estudiantes a realizar labores sociales y que esto se haga en otras universidades".

Saúl Barría: "Me gusta visitar comunidades humildes, porque uno palpa sus necesidades. Es como una terapia que nos ayuda ser mejores cada día".

Idania Camaño: "La gente te cuenta necesidades y se trata de ayudarles. Todos somos humildes, pero tenemos la intención de ayudar a otros panameños".

Suzeth Seales: "Pienso que compartir con las comunidades pobres es constructivo. En algún momento de nuestra vida necesitamos de alguien".

Yadira Ramírez: "No podemos negar que todos tenemos necesidades, pero en esos sitios la pobreza tiene otros rostros y por eso hay que ayudarles".

Yazmín González: "Pienso que puedo ayudar a otras personas porque deseo compartir. Es duro saber que hay madres solteras y sin trabajo. Eso es preocupante".

Yaline Hinestroza: "Primero, porque me gusta ayudar. Además, la experiencia nos fortalece como personas y como docentes, eso es parte de nuestro trabajo".