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  lunes 12 de julio de 2004 enviar por email versión para imprimir
  ENTRETENIMEINTO
La Moza del Amor

La Moza del Amor | Para DIAaDIA

Hola moza, te escribe una mujer desesperada que necesita un consejo, me puedes llamar Olga. Mi problema no es sentimental ni financiero, la cuestión es que tengo una vecina de esas que es imposible ignorar, porque siempre tiene una buena excusa para hacer escándalos cualquier día de la semana sin dejar dormir a los que vivimos cerca. Mi vecina, Sofi, hace como cinco años vendía drogas en su casa, esto hacía que en la entrada de la mía siempre me encontrara con piedreros o personas de aspecto extraño rondando. En muchas ocasiones llamé a la Policía, pero me cansé cuando me di cuenta que hasta los miembros de nuestra honorable Policía Nacional se acercaban a la casa de esta mujer para compartir con ella y comprarle mercancía. Inesperadamente, mi calvario terminó cuando Sofi conoció a un muchacho que se atrevió a casarse con ella y se la llevó, pero hace 3 meses regresó a vivir a su vieja casa en compañía de su marido y sus dos niños. Mi sorpresa es que volvió completamente renovada, usando falda larga y evitando decir palabras vulgares. Debo reconocer que para mí fue una gran satisfacción enterarme de que se convirtió a la religión cristiana y cambió su vida, pero no sus costumbres, porque no hizo más que mudarse y continuaron los escándalos, sólo que ahora con música de alabanzas y, en vez de piedreros, ahora me topo con personas raras que se la pasan tocando mi puerta para invitarme al templo o a leer la Biblia. La verdad es que estoy cansada, si pudiera me mudaría. Lo peor es que ya conversé con ella y lo que hace es subir el radio y dice que esa es la música del Señor y que todos debemos escucharla para limpiar nuestras almas; pero la verdad es que no quiero llevarla a la corregiduría, porque prefiero una cristiana loca que una vendedora de drogas. Estoy al borde de la locura, ¿qué hago?

TEN PACIENCIA
Lo mejor es que hables con ella, dile que esto te molesta. Dile que no estás interesada en su religión y que sería bueno que respetara el sueño y vida de los demás. Recuérdale que Dios nos dio el libre albedrío para elegir lo bueno y lo malo, y que no puede obligarlos a tomar el camino que ella quiere, eso no es fe. Si ella no hace caso, entonces ve a la corregiduría, ya que es la única forma en la que puedes encontrar una solución. ¡Suerte!

 

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