Así es, en Francia no lo quieren ver ni en fotos, y todo por su religión.
Resulta que en ese país la Cienciología es considerada como una secta, y luego de que el mes pasado le concedieran la medalla de honor en la localidad de Marsella, el ayuntamiento de París ha decidido estar vigilante para que Tom no sea jamás ciudadano de honor en esa ciudad. ¡Ay!
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