No se queda cruzada de brazos. Magalys Torres es una de las tantas panameñas que, debido a la falta de empleo, se vio en la necesidad de buscar una alternativa para ayudar con los gastos de su hogar.
A ella, la podemos encontrar vendiendo raspa'os los días sábados y domingos en el Parque Omar, entre las 9:00 a.m. y las 6:00 p.m. "Si no llueve, porque el aguacero corre a los clientes", dijo la entrevistada.
Magalys, de 49 años, quien trabaja para su cuñado, asegura que hace dos meses decidió vender raspa'os.
Ella lo hace aunque sus tres hijos están grandes (dos de ellos casados) y su esposo trabaje, ya que áste no gana mucho. Dijo que cada día las cosas están más caras; además, "hay que buscar la forma de ganar el real, por lo que aparte de vender los raspa'os, conseguí otro trabajito cocinando en un remolque en una construcción en el área de Marbella".
Comenta esta señora, oriunda de la provincia de Chiriquí, que por día prepara unos cien raspa'os a un costo de treinta centásimos, y si llevan malteada a 60, precio que ha causado molestias en algunas personas, quienes aseguran que está muy caro. Sin embargo, si los compradores son niños, no tiene inconvenientes en dejárselo a cuara.
CLIENTES EXIGENTES
Los clientes más exigentes son los niños, quienes "quieren bastante leche condensada, pero a cuara, y raspa'os de todos los colores, de todos los sabores y bien grandes", comentó entre risas la señora Magalys. El sabor favorito es el de fresa.
Por otro lado, hay clientes que le han dejado propina. "Una vez una señora se compró un raspa'o y pagó con un dólar. Cuando le fui a dar el vuelto, me dijo que no", acotó.
"Le digo a la juventud que estudie, porque sin estudios el futuro se hace más difícil. Yo no estudiá y, aunque sin estudios pude conseguir trabajo, se tiene que matar más", agregó Torres.
PLENA FAENA
Magalys realizaba su trabajo, mientras mantenía una pelea constante con los zagaños.
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