Aquellas aguas que servían para complementar diversas actividades para la comunidad, parece que se han convertido en enemigas de los pobladores.
Y es que los moradores de Alanje, que viven próximos a la orilla del río Chico, se mantienen preocupados porque el afluente está abarcando mayor terreno.
Yovani Pinto, residente en este lugar, destacó que requieren que se canalice o drague el río para disminuirle su fuerza, porque ya está a unos 300 metros del pueblo de Alanje.
Comentó que temen por sus residencias, ya que todos los años tienen que trasladar la cerca de un lugar a otro, porque siguen perdiendo terreno.
Se trata de un problema que empieza en la comunidad de El Tejar, luego pasa cerca del poblado de Alanje y culmina en Guarumal.
El temor de los habitantes es que conocen que se trata de un río que representa un peligro, por su fuerte caudal.
Armando Palacios, director regional del SINAPROC, explicó que este río es considerado uno de los más veloces del mundo y crece, rápidamente, cuando llueve en la cordillera o Tierras Altas.
Precisó que mantienen un monitoreo constante, en los lugares donde el agua toma más fuerza y están pendientes por cualquier situación que se dé.
Por otro lado, agregó que están en constante comunicación con las empresas que tienen concesión para la extracción de materiales, a fin de controlar la fuerza del río.
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