Las ventas inadecuadas de pescado podrido o en mal estado por parte de algunos bicicleteros que utilizan jabas y que viajan a áreas rurales e inaccesibles en estado de embriaguez, se ha convertido en un motivo de preocupación.
Por más de 20 años, un grupo de alrededor de 30 hombres de diferentes áreas de Antón se ha dedicado a la venta de pescado y otros mariscos, y fue hasta hace tres semanas cuando funcionarios de Salud se reunieron con varios de estos vendedores para hablarles de las medidas que deberían cumplir para que no se les decomisara el producto por insalubre.
Ahora deben portar carné de salud, hielo en las jabas para que el pescado no se dañe y debe estar eviscerado para evitar daños.
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