La dulzura de su nombre lo proyecta en el cariño que le da a los niños. Caramelo es una payasita singular, que hace 20 años anima fiestas y, de paso, pinta las caritas de alegría de los niños.
Aunque su esposo se dedicaba al ambiente del circo, tuvieron que dejarlo para que sus hijos pudieran estar en un lugar estable y así trabajar, fue así como crearon la empresa familiar Chiquitín Bombay.
"Nos tocó hacer lo que sabíamos, pero en fiestas de cumpleaños, animación con niños y mezclarlo con presentaciones; toda la familia trabaja". Tenemos malabaristas, acróbatas, payasos y magos.
Su hijo Rafael, de 17 años, conocido en el mundo del espectáculo como Gasparín, se dedica a hacer leones, mariposas, flores de color en los rostros de los pequeños. Él, desde los 4 años, se pintaba de payasito y actuaba.
Para Caramelo, "lo más gratificante es la sonrisa de los niños, hacerlos reír, y te pagan con un abrazo, te besan, se te quiere, donde te vuelven a ver, te conocen", dice.
Se ha dedicado con afán a esta actividad, y las personas que deseen que ellos les animen una fiesta, pueden localizarlos al 262- 5181.
PASION
Aunque los vestidos dan calor, no le molesta el maquillaje. A los niños le ponen maquillaje de agua.
|