Herencia de su padre. El pariteño Darío López tiene la gran habilidad de sacar de la tierra de arriera, conjugada con el papel manila y periódicos, las tradicionales máscaras de las diferentes diabladas panameñas.
Darío contó que desde los siete años hace estas artesanías. Manifestó que por su destreza, las hace en tres días.
Entre los modelos que confecciona están los de la danza del Gran Diablo, la de los Diablicos Sucios, Parrampanes y Mojigangas.
Sobre el precio, indicó que las vende desde los veinticinco balboas en adelante, y que todo depende de los detalles que tenga el modelo elegido.
Su fama es tan grande, que le ha hecho máscaras a gente importante dentro del mundo del folclor. Darío resaltó que le ha creado diversos modelos a Ubaldo Sánchez, el conocido "diablico del pueblo de Chitré".
Considera que este arte no morirá, mientras que en sus manos exista la creatividad y en la de los bailadores la fuerza y ritmo para sonar unas castañuelas, una guitarra, una flauta o una mejoranera.
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