En 1991, en el ático de una vieja casa de Moscú, fue descubierta accidentalmente una caja con cien viejos discos de pasta. Para sorpresa, era la colección musical de Adolfo Hitler.
La historia se supo cuando Lew Besymenski, un soldado ruso, murió y su hija reveló que él se robó la colección en Berlín, en mayo de 1945.
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