Aprenden trabajando. Con una brocha, dándole una manito de pintura a una concretera, Yasqueira Cañate es parte de un grupo de 51 alumnos que aprenden ebanistería, carpintería, albañilería y herrería, en el barrio de San Felipe, en la escuela Taller Panamá.
Antes de una exhaustiva selección, Yasqueira había llegado hasta tercer año de Comercio, pero se enamoró del oficio y no le importó que era reservado para los hombres. Éste era su sueño.
Por estar desempleada y por permanecer en el curso durante dos años, le otorgaron una beca de 120 balboas mensuales, almuerzo de lunes a viernes y un seguro contra accidentes.
SU PROYECTO
Lía Méndez, directora de la escuela, explicó que ésta será la segunda generación y que el gran proyecto es la restauración de una obra dentro del Convento de Santo Domingo, incluyendo algunas casas del siglo XIX. Éste es un proyecto de la Oficina del Casco Antiguo, como parte del programa "Revive el turismo".
Los jóvenes son del barrio de El Chorrillo, Santa Ana, Barraza y San Felipe; algunos tenían conocimiento previo del oficio.
Méndez destacó que el proyecto es una promesa de cambio de vida, que le brinda la oportunidad de entrar al mercado laboral.
Con el primer grupo, se invirtió 1 millón 300 mil balboas entre Panamá y la Unión Europea que lo financia.
ESTUDIOS
Algunos son de baja escolaridad, otros tienen primer ciclo. Se someterán a un régimen de ocho horas diarias.
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