No hay excusa que valga, perdimos, y perdimos bien, aunque digan lo contrario. Los goles no cayeron, y eso fue lo que pasó. Si le hubiéramos encajado todos los goles que fallamos, ni el mismo "Papa Dios" hubiera salvado a los "cuscatlecos".
Seguimos jugando a nada. La cintura del equipo (mediacancha) se pierde y se tiene que recurrir al pelotazo, y así no se puede. Pienso yo que en ese sentido se jugó mal y llegamos a ese juego que a "La Roja" nunca le ha resultado.
El miedo del equipo salvadoreño era evidente al caer el segundo gol; nueve defendían y uno atacaba, tratando de pescar a nuestra defensa dormida .
Nunca he estado de acuerdo con dar calificaciones, pero ese día trágico, que es para olvidar, nuestro seleccionado, del 1 al 5, no pasaba del 3.5. Ahora, después de la tragedia, no se puede buscar culpables. Sólo nos queda pensar en ganar y ganar, porque esa es la única cura a nuestro mal.
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