Aunque en la barriada Gran David en Chiriquí colocaron dos tanques para depositar la basura, cerca de la plaza de juegos, la población se resiste a verterla allí y ha improvisado un pataconcito en la esquina contigua al terreno donde se construirá la Iglesia Católica, por pereza de caminar. Lo peor es que las moscas y los desechos son los vecinos de los moradores de las calles adyacentes, porque como el carro de la basura pasa los miércoles y los sábados, sólo se lleva la que están en bolsas y no la que riegan los perros. Esperan que sancionen a la gente irresponsable.