Vinieron desde Darién a la capital para agradecer su libertad.
Se trata de Gerardo Carpio, uno de los cuatro indígenas de la etnia Emberá Wounaan que fue dejado en libertad y que estaba condenado a más de 15 años por el delito de hechicería.
Carpio, de 62 años, junto con Antero Ruiz, Reneiro Zanapi y Alba Cansarí, todos adultos mayores, pagaban condenas de 15 a 25 años por causar la muerte a otros por medio de la hechicería. Estos fueron puestos en libertad tras la intervención de la Defensoría del Pueblo, quien viajó a Sambú de Darién para constatar las condiciones en que se les había condenado. Ayer, estos indígenas visitaron la Defensoría del Pueblo en Calle 50, para agradecer a estos funcionarios que los ayudaron a alcanzar su libertad.
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