La familia Hernández vive en condiciones infrahumanas, sólo se cubren del agua y del sol con unas cuantas hojas de zinc y lonas; no comen adecuadamente porque no tienen recursos económicos.
Para la familia Hernández, la vida es difícil, ellos son nueve; entre ellos, siete niños que reciben poca atención médica porque sus padres no pueden llevarlos constantemente al médico por falta de dinero.
Olegario Hernández, de 66 años, padre de familia, dijo que su situación es triste, que ellos no cuentan con camas, sillas, estufa y no tienen luz ni agua, pues a duras penas logran obtener su escasa alimentación a base de los trabajos de agricultura, donde sólo gana B/40.00 quincenales, dinero que no alcanza para cubrir otras necesidades.
Él vive junto a su esposa Cristina Ojo, de 64 años, sus cuatro hijos y tres nietos de 5 años, 2 años y 8 meses de edad, en un terreno ubicado en la comunidad de El Jobo, corregimiento de Juan Díaz, en Antón.
Los niños sufren a diario las constantes picaduras de mosquitos, por lo que el cuerpo lo tienen lleno de alergias.
Miles de familias en el distrito de Antón enfrentan igual situación; sin embargo, la familia Hernández necesita con urgencia una vivienda digna para evitar que los infantes se enfermen con resfriados, por las fuertes lluvias y otros padecimientos; ellos sólo quieren un poco de ayuda para salir adelante.
"Vivir en condiciones de extrema pobreza es una de las limitaciones que tenemos y a pesar de que luchamos y trabajamos duro, no conseguimos alimentos y la casa es un peligro en lugar de un área segura", dijo el señor Hernández.
"Este cuadro familiar es de suma urgencia y las autoridades tienen que ayudarlos, ya que estas personas viven cobijándose del sol y la lluvia bajo un improvisado techo de zinc viejo, palos y paredes de tela y lonas en mal estado", dijo Jorge Cáceres, alcalde de Antón.
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