Los paquetes habían sido colocados en la estafeta de correos desde el pasado 6 de marzo, por una persona que dio nombre y dirección falsa, por lo que se esperaba que la persona fuese a reclamar.

Al pasar el tiempo la persona no apareció, por lo que abrieron los paquetes y encontraron la sorpresa.

La droga estaba dentro de carpetas que se utilizan para guardar papel de impresión fotográfica. El destino final de la droga era Japón, a nombre de Hiroomi Kidakitabu Jumaotoshi.