Todos los martes, puntualmente a las 16:30, hora de Argentina, (8:00 p.m., hora de Panamá) el inmenso estudio de Canal 9 de Buenos Aires abre sus puertas de par en par para grabar Latin American Idol.
Es allí donde la magia comienza a producirse. Es el lugar donde se cocinan sueños. Es el sitio donde, entre carcajadas y nervios a punto de estallar, los chicos van imaginando su futuro. Es un recinto donde, por más de una hora, las barras de Latinoamérica se unen para animar a sus representantes. Con la pasión al rojo vivo, es en ese estudio donde se encienden las ilusiones, las esperanzas, pero también es donde pueden hacerse trizas.
Lo que te vamos a contar es el detrás de la escena. Es que fuimos testigos privilegiados de un día de grabación: fue el martes 27 de agosto. Previamente, los participantes, en este caso ocho, ensayan hasta el último detalle. No dejan nada al azar. Cables extendidos por el suelo, camarógrafos que se alistan a la espera de la voz de mando del director, una orquesta cuyos integrantes afinan sus instrumentos y los soñadores que ponen a punto sus voces, es sólo un indicio de lo que está por venir.
La imagen en movimiento es lo que caracteriza a la televisión, y no solamente cuando todo está listo, sino antes. Para todo el show que verás poco a poco presentado en una hora, hay un movimiento inusual en ese estudio ubicado sobre calle Dorrego Nº 1792, de la capital argentina. Órdenes y contraórdenes, marchas y contramarchas, voces altisonantes y murmullos, técnicos que se desesperan para ajustar desde un simple enchufe y controlar micrófonos hasta las complejidades más extraordinarias.
Así es amigos, lo que durante el ensayo era todo un desorden, a partir de la grabación propiamente dicha todo cambia... como por arte de magia. ¡Se abre el telón y empieza el show real! Los camarógrafos saben dónde tienen que estar, los técnicos están más tranquilos, los músicos saben qué acordes ejecutar, los participantes saben cuál es el orden de aparición que tendrán, el público es debidamente ubicado en la tribuna, el jurado está atento, pero quien no descansa de dar órdenes es el director de cámara.
Cuando el director dice a todos: "Disfrútenlo y muchas gracias por venir", es que todo está listo para que el show comience. Es así como Jon Secada, Gustavo Sánchez y Mimí, desde sus asientos, estarán listos para evaluar; mientras que Monchi Balestra y Erika De La Vega ya saben qué palabras pronunciar ante la aparición de cada uno de los participantes. Y los protagonistas, intentan vencer los nervios.
EL SHOW HA COMENZADO...
Antes, durante y después de la grabación de los conciertos de Latin American Idol hay clima de fiesta. Todos, sin excepción, entre bromas y bromas, celebran la vida, celebran la música como el medio que los reúne y, entre pausas y pausas, toman mates, esa infusión típicamente argentina a través de la cual se resignifica el encuentro y el fortalecimiento de la amistad. Y cuando la grabación concluye, el director agradece nuevamente. Y, antes de que el público se retire, le pide a la gente que se quede un momento para regrabar escenas de aplausos y vivas.
El show ha terminado. Los sueños siguen, y Margarita y Manuel continúan caminando por los andariveles de los preferidos. El momento final se acerca. Recemos para que a nuestros representantes les vaya muy bien. ¡Qué así sea!
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