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¡De oro puro!
Óscar de la Hoya junto al vicepresidente ejecutivo de la AMB, Gilberto Jesús Mendoza.

José Pineda | DIAaDIA

¿Cuándo se sabe que un atleta es de oro puro?

Óscar De La Hoya, el boxeador más exitoso económicamente en la

historia de este deporte, no cambiaría su medalla de oro de los Juegos

Olímpicos de Barcelona 1992, por nada en el mundo, ni siquiera por las

8 fajas de campeón mundial en 6 diferentes categorías.

En su visita por Panamá, para estar presente en el Festival Internacional de Boxeo KO A Las Drogas, realizado anoche, donde participó en una exhibición en pro

de los enfermos de cáncer, el "Golden Boy" habló en exclusiva con

Día a Día y dijo que su medalla de oro "es y será lo más

importante de su carrera".

"Será sin duda la medalla de oro, porque fue dedicada a mi madre que en paz descanse", dijo De la Hoya cuando se le preguntó qué ha sido lo más grande en su vida como boxeador aficionado, profesional y ahora como un promotor exitoso.

Con una sonrisa perfecta, un manejo impresionantemente caballeroso y

sobrado profesionalismo, el "Golden Boy" recalcó que con la llegada de

la medalla empieza la historia del "Chico de Oro". "Esa medalla es y

será siempre lo más importante en mi carrera y en mi vida", sostuvo.

Un retiro definitivo

Toda historia tiene un inicio y también un final. El "Golden

Boy" se retiró del boxeo tras una derrota en diciembre de 2008, ante el filipino

Manny Pacquiao.

"Yo tenía que ser muy inteligente con mi decisión de retirarme, porque

mi cuerpo ya no me responde como quiero, a mi siempre me gustaba

pelear al nivel más alto del deporte, con campeones de los mejores y

ya no puedo competir con ellos", dijo De la Hoya, mientras un salón

con al menos 8 personas albergaba un silencio y atención a

las palabras de quien fuera uno de los más célebres y grandes púgiles

del planeta.

En ese momento, el "Golden Boy" tomó un respiro, sonreía y apelaba con

fuerza a sus pulmones. "Mi físico no me deja, mi mente y mi corazón

quieren, pero ya no puedo competir con ellos", dijo Óscar de la Hoya,

al referirse a los nuevos ídolos del boxeo mundial.

De la Hoya fue grande en su carrera, fue una leyenda que creció como

la espuma, su fama y su mundo recto y de disciplina lo encumbraron al

mayor nivel.

Su madre inspiradora

¿Pero a qué se debió tanto éxito. Cómo lo logró y cómo se supo manejar

en ese mundo de múltiples rostros, llamado boxeo?

"El éxito se debe al apoyo de mi familia, empecé a boxear desde los 4

años, para mi padre, mi abuelo y para nosotros el boxeo fue y sigue siendo

todo en la vida", dijo el "Niño de Oro". Pero hay alguien que marcó la

carrera exitosa dentro y fuera del ring a este campeón de la vida, su

madre, la que siempre le dio su mano.

"Tuve un gran apoyo de mi madre en el boxeo, a ella no le gustaba que

su hijo recibiera puños en la cara, no le gustaba, pero me apoyó 100%,

para mí fue muy importante eso y por esa razón sigo siendo Óscar de la

Hoya, no sólo en el cuadrilátero, sino la persona que soy hoy día",

expresó, muy pensativo.

La cima

El momento cumbre de Óscar de la Hoya fue en 1996, en ese tiempo a los

23 años de edad, se le puso en el camino una de las más grandes

figuras sempiternas del boxeo, se trata de Julio César Chávez, el gran

astro mexicano, que tenía marca de 99 victorias y 1 derrota y prometía

derrotar al "Golden Boy", el futuro, el jovencito, en aquel instante.

"Él era un gran campeón, el héroe de México, fue un honor para mí

compartir el cuadrilátero con él, fue una pelea perfecta para mí, me

sentí invencible, entrené lo más fuerte, estuve todo perfecto en mi

preparación, esa pelea con Julio César Chávez fue mi momento

perfecto", indicó De la Hoya.

Al final, una multitud esperaba por el Golden Boy. El mismo que encaró

a grandes y temidos boxeadores, el que enloquecía a la multitud. Se

alistaba para salir y hacer su primera presentación en público en

Panamá.

El "Chico de Oro" se iba, pero dijo que su imagen del boxeo panameño

es de las mejores. "Panamá tiene un boxeador que se llama Celestino

Caballero, es muy bueno, tiene mucho futuro, muchos peleadores no

quieren pelear con él porque es peligroso, además de esto se porta muy

bien fuera del ring, es un peleador con futuro", dijo De la Hoya.

El que se retiró del boxeo, también se retiro del canto, según sus

propias palabras, sólo cantará en la ducha. No más al canto, no más al

boxeo, Panamá vivió la "goldenboymanía", nosotros nos vamos, afuera le

esperan.

¡Gracias, campeón!

DECISION
Ya el boxeo activo y el canto son cosas del pasado para Óscar de la Hoya.





   
 
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