Un enterrador de 62 años, del cementerio de Zwolle, localidad en el noroeste de Holanda, quedó sepultado, si bien sin secuelas posteriores, en la tumba que preparaba al volcar la carreta que contenía la tierra para sellar la fosa.
El alud de tierra, que previamente había excavado, se le vino encima, mientras estaba en el interior del hoyo.
|