Cinco familias, cuyas residencias colindan con la construcción de la autopista de acceso al segundo puente sobre el Canal, viven una incertidumbre, afectados por los constantes derrumbes e inundaciones.
Mayita Hernández, una de las afectadas, relató que una vez iniciado el proyecto comenzaron los problemas, dada la obstrucción por las fuertes corrientes cada vez que llueve en el área.
Según Hernández, a orillas del barranco de la autopista hay un relleno de piedras enorme, colindante con el acceso de la vereda, y el temor es que cuando llueve intensamente, sus hijos puedan quedar sepultados.
En tanto, el ingeniero Roberto Tavera, encargado de la obra, respondió que está imposibilitado para cambiar la topografía del área. Toda propiedad que está en zona baja tiene problemas, no por la construcción, sino porque está ubicada en zona de riesgo.
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