El siguiente relato sucedió en la Facultad de Medicina de Santiago de Chile, haciéndonos ver hasta dónde pueden llegar ciertas prácticas educativas, cuyo fin es impresionar al alumno y hacerlo que se atreva a improvisar sin perder de vista las virtudes necesarias para triunfar en la carrera.
Cuentan que el profesor de la clase de Urología repartió muestras de orina a todos sus alumnos y el se quedó con una, que tenía en una botella similar a la de todos los demás. A continuación, el profesor sumerge su dedo en la orina y ante el asombro de toda la clase introduce el dedo en la boca y empieza explicar tras una breve reflexión que el paciente tiene los niveles de azucar bajos, colesterol alto, etc.
Entonces invita a los estudiantes que sigan su ejemplo, y amenaza con suspenderlos si no hacen lo que el ha hecho. Algunos, aunque con falta de ganas, deciden hacerlo por miedo al suspenso.
El profesor entonces se dirige a los estudiantes que han hecho la prueba y les dice: "Aunque orgulloso de mi capacidad de convicción, debo comunicarles que deberían saber que la cualidad más importante para un futuro médico es la observación... Si ustedes hubieran sido observadores, se habrían dado cuenta que no lamí el mismo dedo que sumergí en la muestra de orina... Así que, sintiéndolo mucho, todos aquellos que hayan probado la orina, están suspendidos."
|