Diego Aguilar es propietario de uno de los quioscos de comida que quedaron dentro de los límites donde cayó el SAN-100, el pasado 29 de mayo. Él se dispuso ayer a limpiar y a arreglar los cables eléctricos de su local, luego de que se reabriera el tráfico por calle Q. Aguilar afirmó que el Gobierno no les ha dado la solución que solicitan y que les han comunicado que toda está en manos de las aseguradoras. Calle Q estuvo cerrada por cuatro meses. En el área del accidente, unas 15 personas quedaron afectadas y se conoció el Servicio Aéreo Nacional tiene 30 mil dólares para arreglar los establecimientos afectados, pero los propietarios dicen que eso es mejor dividirlo para compensar las pérdidas.
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