La vida de una señora de 60 años, residente en el distrito de Gualaca, casi se envenena ayer con un budín, que sin que ella supiera, estaba impregnado de una sustancia tóxica llamada Furadán, que uno de sus hijos había puesto en la casa para matar los ratones.
Los bomberos acudieron en ayuda de la señora y llamaron a los paramédicos de David, quienes viajaron para encontrarse en el camino con los camisas rojas. La víctima pudo llegar con vida al hospital y se mantiene estable.
|