Sé que no estoy sola. Descubrí que no estaba sola cuando más de una mano se extendió hasta la mía, descubrí que no estaba sola cuando escuché más que una palabra de aliento, cuando me dijeron "tranquila, todo pasará". Ustedes amigos saben de qué les hablo y por eso hoy quiero decirles ¡GRACIAS! porque con ustedes la carga es menos pesada...
Y es que, para qué somos los amigos ¿verdad? ¿Para qué estamos las familias? No sólo para pasar los buenos momentos, sino para apoyarnos en momentos difíciles.
Es casi como un matrimonio, "en las buenas y en las malas", no es cuestión de celebrar sólo lo bueno, es si es necesario, llorar juntos ante lo malo.
Pero sobre todo, apoyarse para salir adelante y dejar lo pasado atrás.
Dios me dio la mejor familia, los mejores amigos y por eso estoy agradecida, porque cuando los necesité estuvieron allí, están allí y sé que seguirán.
Ojalá algún día pueda retribuirles lo que han hecho por mí. Soy bendecida, gracias.
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