Vive su vocación con mucha alegría y entusiasmo. Y aunque se dice que "nadie es profeta en su propia tierra", el personaje de hoy echa por tierra este adagio.
El sacerdote José Antonio Cruz es oriundo de la comunidad de Filipinas, en Lídice de Capira. Contó que cuando joven no le pasó por la mente ser consagrado al Señor y menos ser párroco de su distrito; pero por gracia de Dios, esa es la responsabilidad que tiene hoy a su cargo.
¿Y qué pasó para alcanzar esta dicha? El Padre José Antonio explicó que hay que romper esquemas y Dios permite esa oportunidad para seguir adelante evangelizando. Además, acotó que éste fue un reto que le hizo el Padre belga Francisco Heinnen cuando apenas tenía esa inquietud vocacional.
"Nunca me lo imaginé. Cuando joven, pensaba de todo menos en ser sacerdote, pero Dios fue trabajando en mi vida y me ha brindado esta oportunidad", dijo.
Sostuvo que "me siento feliz en mi ministerio dando humanamente lo que tengo, pero con mucho entusiasmo".
El presbítero agradeció todos los valores que le inculcaron sus padres, Evenicia Lorenzo y Etanislao Cruz; ahora se siente comprometido a seguir esparciendo esa semilla con sus hermanos católicos, especialmente en los jóvenes y niños.
Este sacerdote, nivel de seminarista, estuvo en varias parroquias; pero al ser ordenado sacerdote trabajó en la Parroquia de la Transfiguración en Santa Librada, estuvo como vicario en la Parroquia San Isidro Labrador por 15 meses y luego orientó en la parroquia de San Martín, en Cerro Batea, un equipo de sacerdotes.
De sus planes futuros dijo que son muchos, pero prefiere que sea la gracia de Dios quien decida cuáles son los prioritarios. Dijo que uno de ellos es despertar la conciencia del "capireño".
¡Ánimo, Padre José!
SERMONES
Las misas presididas por el Padre José Antonio, son escuchadas por el contenido optimista de sus mensajes.
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