Los dueños de bares y cantinas, en el distrito, exigieron al Municipio hacer valer la ley que obliga a los propietarios de minisúper y bodegas a vender únicamente bebidas alcohólicas en envases cerrados, alegando para ello una merma en sus ingresos y la competencia desleal, pues aquellos pagan impuestos más elevados.
El reclamo obligó al alcalde Luis Guerra a citar a los propietarios de al menos 36 locales de expendio de bebidas alcohólicas, aunque sólo nueve de ellos acudieron a la citación.
La Alcaldía les advirtió que si siguen vendiendo licor que se consume en el local, los multará en primera instancia, y luego les quitará la patente.
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