Antes de ser policía, era obrero de la construcción. Una persecución policial contra delincuentes armados, en las inmediaciones de la caseta del Corredor Norte, marcó la vida del cabo primero Jahiro Abdiel Torres Pérez. Durante esa persecución, un vehículo lo impactó y su pierna derecha quedó destrozada. Aunque pasó por varias operaciones, una fuerte infección ocasionó que le amputaran su pierna. Este suceso afectó hasta su estado emocional.
Hoy día, Torres labora en la subestación de Policía de Caimitillo, donde funge como secretario de Sala de Guardia, así como de apoyo a sus compañeros cuando realizan los operativos de profilaxis social.
Siempre hay una salida
Con su única pierna, tiene una rápida movilidad. Aunque cuenta con dos prótesis, no suele usarlas porque no se le ajustan bien, ya que el tronco de su pierna es muy corto. "Este inconveniente es superado porque agarro mi muleta y aquí no ha pasado nada", aseguró Torres.
¡Ojo al Cristo!
En el año 2009, el cabo Torres sorprendió a un delincuente que intentaba darse a la fuga, sonó fuerte las muletas y con autoridad le dijo: "No te muevas, no mires hacia atrás", rápidamente se desplazó y abrió la puerta trasera del vehículo donde incautó un revólver calibre 38 ilegal, su compañero, el subteniente Agustín Díaz había capturado a los otros compinches, quienes robaron en un minisúper del sector. Entrar a la Policía Nacional fue una propuesta de su madre Albertina.
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