A veces por más que crea haber limpiado bien su hogar, siempre quedan algunos "visitantes" poco gratos como los ácaros y hongos que se acumulan en las habitaciones. Para evitar inconvenientes es recomendable:
Ventilar la habitación: Una habitación bien ventilada se convierte en una trampa casi mortal para los enemigos de los alérgicos.
La cocina y el lavado son las zonas más húmedas de una casa y conviene limpiarlos con lejía.
Abra ventanas y puertas: El mejor consejo para un alérgico es una casa soleada y bien ventilada.
El polvo se elimina con un aspirador y con trapos ligeramente humedecidos.
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