"¿Oh, y ahora quién podrá ayudarnos?" Esto es lo que se preguntan los buhoneros ubicados frente al antiguo Súper 99 de Calidonia. Ellos explicaron que el local cerró sus puertas el 18 de septiembre pasado, lo que fue aprovechado por los "piedreros" que se metieron al local para robarse todos los grifos.
Esto provocó que el área en donde los vendedores informales se ganan la vida honradamente se inundara de aguas limpias y negras.
Con algo de preocupación, dijeron que los que más sufren al pasar por este lugar son los adultos mayores, pues varios han resbalado. Otra de las inquietudes es que el mal olor que emana de las aguas negras les están espantando a los clientes, que optan por pasar de largo.
Esto ya se ha visto reflejado en las ventas, pues desde que está el enorme charco, las ganancias han bajado considerablemente.
Lo único que desean estos trabajadores informales es que una autoridad se acerque al lugar para que les dé una respuesta o le encuentre una solución al problema que les está haciendo perder dinero.
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