El Príncipe Harry se salvó que está prohibida la entrada de los medios al colegio militar donde estudia.
Les cuento que una nueva nota ha corrido como pólvora por todos los rincones de Inglaterra, y es que el Príncipe tuvo que enseñar sus pompis. ¿Cómo?
Bueno, todo surgió luego de que en la Academia Sandhurts se corrió el rumor de que el Príncipe se había tatuado sus glúteos con el nombre Chelsy Davy, su novia nacida en Zimbawe. Como nadie se atrevió a confirmarlo, un sargento decidió salir de dudas. El sargento lo llamó y le dijo: "¡Cadete Gales, bájese el pantalón y muéstreme su trasero!"... "¿Va en serio?”, preguntó. “Bájeselo, quiero ver si es cierto”, ordenó el militar.
Harry se bajó los pantalones hasta las rodillas, relató un miembro. "Todo está bien", dijo el sargento luego de ver que no había marcas. ¡Qué vergüenza! Tal como se lo dijimos, se salvó de que no había fotógrafo, porque esas fotos estarían recorriendo el mundo.
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