Un 28 de abril de 1998, Benjamín, oriundo de El Cedro de Macaracas, en la provincia de Los Santos, ayudaba a unos amigos y a un familiar a recoger un cable eléctrico con 12 mil voltios. Benjamín fue el más perjudicado, ya que tras este accidente le tuvieron que amputar las dos manos.

Según Benjamín, lo primero que hizo fue darle gracias a Dios por haberlo dejado con vida. Desánimo no sentí, toda la vida he sido muy optimista, pero sí he pensado en los años venideros por no tener mis manos.

Actualmente, el señor Benjamín se dedica a organizar eventos bailables, a la agricultura, ganadería, con la ayuda de peones que él mismo contrata.

Él manifestó que el Despacho de la Primera Dama le donó una prótesis convencional, pero a los ocho días se dañó y tuvo que ser devuelta a Bogotá, Colombia.

Benjamín está a la espera de esta prótesis, pero su anhelo es contar con una bioeléctrica.

¿Imagínense por un momento, su vida sin las dos manos? De seguro que algunos no quisieran ni pensarlo, pero Benjamín Frías dice: "La voluntad de echar hacia adelante nace con uno. Siempre hay que estar alegre, contentos y hay que sentirse optimistas con todas las personas que nos rodean".