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  miércoles 31 de octubre de 2007  enviar por email versión para imprimir

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  ETCETERA
No caiga en su juego
Cuando el niño se hace de rogar a la hora de comer.

Rosalina Orocú Mojica | DIAaDIA

Las madres se preocupan más de la cuenta cuando el niño se hace de rogar a la hora de comer.

Eso es lo que concluye el doctor William C. Maclean, pediatra de la Universidad Estatal de Ohio, quien les dice a las mamás qué hacer y qué dejar de hacer cuando esto suceda.

Él dice que entre los dos y seis años para las madres de familia el lograr que sus hijos coman, según las expectativas de ellas, constituye uno de los problemas más comunes que enfrentan en la crianza de sus hijos.

"Si el niño tiene peso y talla normal, no tiene ninguna enfermedad ni problemas por causas orgánicas que le impidan asimilar los alimentos", no le dé mayor color, es lo que aconseja el especialista.

Sigue explicando que "lo más seguro es que está comiendo suficiente para sus necesidades. Pero el apetito del niño no coincide con las expectativas de los padres y por eso es que ellos se preocupan".

Ahora bien, si el niño tiene problemas de crecimiento, entonces sí es importante revisar qué come y cuánto come. El pediatra aconsejará lo que sea más conveniente para el infante.

El doctor nos da algunas reglas de oro para que la hora de comer no se convierta en un dolor de cabeza para mamá o quien alimenta al niño.

  1. Debe ser una hora de comer sin distracciones. Hay que apagar la TV y el celular.
  2. No es un circo, así que nada de jugar con la comida. Estar revolviéndola y no comerla. Tampoco jugar con los alimentos como si fueran avioncitos u otra cosa.
  3. Preferible si comen en familia para que el niño vaya dándose cuenta de que este es un momento especial para todos.
  4. Debe ser una experiencia agradable, así que no se debe estar acosando al niño, ni castigarlo si no come.
  5. Si el niño se pone a llorar o rehusa comer, no lo presione. Posiblemente más tarde querrá comer.
  6. Los padres tienen que mantener una actitud neutral si el niño come o no. Tienen la responsabilidad de seleccionar el tipo de comida. Pero el niño tiene la responsabilidad de decidir cuánto es suficiente. Castigarlo, acosarlo no ayuda, perjudica.
  7. Baje el nivel de tensiones durante la hora de la comida.
  8. Usar un suplemento oral balanceado también es recomendable. Así usted se lo da 3 ó 4 veces al día. Son de agradable sabor y al niño le gustan. Así los padres podrán estar tranquilos porque saben que no le faltarán nutrientes a su hijo. Y se interrumpirá el círculo vicioso de conflictos y control entre niños y padres.
  9. Si el niño sabe que los padres se desesperan porque él no quiere comer, entonces, tomará ventaja de ello y podrá hasta manipularlos.
  10. Hay que fijar un límite de 25 ó 30 minutos para que coma. Aunque se niegue a comer, no tiene sentido dejarlo en su silla por una hora más, ni como castigo ni pensando que luego comerá.

 
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