Les digo mis queridos lectores, que el viaje de Sanz inició a las 9:20 p.m con un tema que no sé cómo se llamaba, pero que la gente coreó a "tutiplén". Luego de esa canción, y en un dos por tres, el español entonó "Hasta la planta de los pies", no lo podía creer, eso se quería venir abajo. Muchos de los presentes no sólo corearon el tema, sino que cantaron la canción completa. Después de eso se escuchó: "Quisiera", "Dame tu corazón", "Cuando nadie me ve", "Corazón partío", todos fueron cantados por el español con el corazón en la mano, ya que se entregó totalmente al pueblo panameño. Entrega que fue recíproca, ya que los istmeños también respondieron con varios "Te amo", "Te quiero", "Eres lo máximo" y saben qué, hasta un ramo de rosas rojas le dieron, ¡ohh!.

Minuto a minuto la gente disfrutó, no hubo un momento en que el público no se desvaneciera, pues Alejandro no lo permitió, ya que desde que inició el espectáculo cantó una tras otra. No tomó descanso ni para secarse y menos para tomarse un par de botellas de agua. La gente estaba contenta y no se quejaba, es más, celebraban con su "traguito" el poder escuchar de viva voz a su artista favorito, incluso por allí pillamos a muchos dándose sus poquitos.

Amigos, la adrenalina subió cuando al final del show, el intérprete de "Pisando fuerte" cantó sus temas más conocidos, "Amiga mía", "Dale", y otros que ¡ay madre! puso a la gente a vibrar de la emoción. La verdad que a mí no me gustó mucho, pero a la gente que fue sí, pues por algo es su artista favorito. ¡Perfecto!