Al pensar en comer mariscos, no sólo importa la preparación, sino la elección de los mismos. Los mariscos deben estar en perfecto estado para llevarlos a la casa y probarlos en su mesa. Recuerde que los mejores no necesariamente son los más grandes, sino los más frescos y carnosos. Se debe comprobar que su peso esté en proporción al tamaño y que, al agitarlos, el contenido no se mueva, pues podrían estar llenos de agua. Recomendaciones:
Al comprar camarones, fíjese que tengan un color natural y brillante. No pueden estar aplastados ni despedazados, y verifique que no huelan a amoniaco.
Las almejas frescas se mantienen completamente cerradas. Se pueden abrir con un cuchillo, pero no es necesario, se abren solas al ser expuestas a las brasas.
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