Precisamente en esa jornada, DIAaDIA encontró a Rosa Rodríguez, Eusebia Censión y Benilda Quintero. Las dos primeras tienen familiares que estudian en la escuela Cerro Campana, Capira. A ellas les correspondía atender el comedor escolar, costumbre que nadie recuerda quién la implantó, pero que ha tenido resultados satisfactorios, ya que se percibe la integración de la comunidad.

Se informó que cada día un trío de madres se distribuye el trabajo para cocinar los alimentos, mientras que otras preparan la crema nutricional.

Uno de los requisitos fundamentales para esta actividad es saber cocinar en cantidad, pues la población estudiantil en ese centro educativo es numerosa.

Cada una de ellas utiliza un turbante para protegerse del calor, y por higiene. Estas señoras están expuestas a quedar impregnadas de humo, pero para ellas no importa eso, sino que cada estudiante deguste un buen plato de comida y un rico vaso de crema.

A veces, algunas señoras como Benilda Quintero, aportan su mano de obra de manera voluntaria, ya que sus hijos estudiaron en esta escuela y consideran que es una forma de agradecer hacia este centro del saber.

EN EQUIPO
Unas madres cocinan el arroz, otras las menestras, y otras se encargan de preparar la crema.