Roberto Carlos quiso quitarle la presión a su compatriota Robinho a la hora de lanzar el penalti decisivo para la victoria del Real Madrid 1 por 0 contra el Zaragoza, después de que minutos antes fallara otro.
El atacante brasileño, que generó una tremenda expectación con su fichaje, está pagando el típico peaje de aclimatación y, en ocasiones, intenta hacer la segunda acción antes que la primera, llevado por las ganas de agradar y de responder al cariño de la afición.
Contra el Zaragoza, en el minuto 74, forzó un discutido penalti de Toledo que él mismo se encargó de lanzar. Lo que hubiera supuesto el 1 a 0, se convirtió en una gran intervención del guardameta César Sánchez.
Sin embargo, cuatro minutos volvió a forzar otra pena máxima, ésta clara de Ponzio por un agarrón en el minuto 78.
Robinho se tiró por el balón en cuanto el árbitro señaló el punto de penalti para reivindicarse del fallo. Todo hacía indicar que dispararía por segunda vez, pero en ese momento llegó Roberto Carlos, le dijo algo al oído y le convenció para que no lo lanzara, consciente de lo que se le podría venir encima en caso de volver a errar y terminar el partido con empate a cero.
SEGURO
Roberto Carlos cobró fuerte por el centro y dejó el partido 1 por 0, con lo que salvó tres importantes puntos.
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