En ellos late un corazoncito que se derrite ante la tierna mirada de un niño.
En Darién, donde los problemas abundan, se puede observar un gran número de retenes para detectar la presencia de indocumentados o para ver si algún inescrupuloso quiere pasar animales que están en vía de extinción para la venta.
En el sector de La Palma pudimos observar la presencia de dos policías que velaban el sueño de una pequeña, a pesar de que su uniforme inspiraba respeto.
Uno de ellos, de apellido Avilés, contó que la niña es hija de una indocumentada colombiana que fue detenida desde hace un mes. Precisó que estaban cuidando a la infante porque su madre, que tiene cuatro meses de embarazo, se estaba haciendo exámenes para saber cómo evoluciona el bebé. A la niña los cariños no le faltan, a pesar de que la cárcel es un lugar muy triste, que se ha convertido a la fuerza en su hogar.
|