La esquina
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Redacción
| DIAaDIA
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¡Qué manera de lavarse las manos! Ni Poncio Pilatos lo hizo tan bien cuando prefirió entregar a Jesús a una multitud que lo crucificaría, antes que hacer verdadera justicia. Eso es lo que han hecho los estadounidenses con los panameños. Recalcar que el tema de los polígonos es "caso cerrado", al mejor estilo de la juez Polo, es mantener en suelo istmeño el peligro latente de bombas sin detonar, que pueden estallar en las manos de niños y acabar con sus vidas. ¡Qué gracia! Ellos las pusieron allí y ahora los panameños tienen que quitarlas, con el consiguiente gasto de recursos y... de vidas.
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