Por más de 20 años, los residentes de Vista Hermosa y San Antonio en Penonomé han soportado los malos olores que producen las aguas servidas de la planta de tratamiento, la cual se ha quedado obsoleta y que en lugar de ayudar, ahora afecta a miles de personas.
Para los residentes de estas comunidades, lo peor es que los malos olores y la contaminación de parte del río Zaratí en Penonomé continúan y ya no los aguantan porque ni comer se puede.
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