El gobierno sigue sacando gente del engranaje oficial y las quejas son múltiples. Eso provoca muchas inconformidades. Por un lado está la queja del despido en sí, que siempre se considerará injusto, y otra por la forma.
No ha dicho el gobierno qué es lo que quiere en materia de planilla ni cuáles son sus metas. ¿Quiere empequeñecer el tamaño del Estado? Reducir por reducir, amparados en la falta de presupuesto, puede interpretarse de muchas maneras, y hasta crear suspicacias innecesarias.
|