En estos sitios, los tramos carreteros representan más que un camino: se trata de la diferencia entre el hambre y la posibilidad de dar de comer a los hijos, pues las vías son utilizadas para el traslado de productos agrícolas.

En tiempos de escuela, cuyo año lectivo está a punto de terminar, la situación se torna dramática y peligrosa para los cientos de niños que en estas montañas utilizan los caminos para ir y venir a los planteles.

Según los quejosos, ya están cansados de notificar a las autoridades sobre estos problemas; pero, al parecer, las denuncias se las lleva el viento, ya que no se les devuelve nada más que silencio.

Generalmente, durante el período de elecciones, estos caminos son objetos de promesas que nunca son cumplidas.

Finalmente, le hacen un llamado a las autoridades para que tomen cartas en el asunto y así eviten cuantiosas pérdidas en la producción del sector, y hasta vidas si no se tiene un camino para sacar a los enfermos.

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